
La morosidad en las comunidades de propietarios de España sigue creciendo por la crisis. Al moroso tradicional y al que la crisis ha convertido en moroso a la fuerza, se suma un tercero: el banco.
Impacientes a la hora de cobrar pero morosos cuando tienen que pagar. Los bancos deben un total de 34 millones de euros a las comunidades de vecinos en la región de Madrid, según un estudio elaborado por el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid. Este importe supone casi un 15% del total de impagos en las comunidades de propietarios, que ascendía a 229 millones de euros al final de 2012.
“Cuando un vecino no paga por problemas económicos, el resto de sus convecinos lo puede llegar a entender. Pero cuando se trata de una entidad financiera, la gente se sube por las paredes”, denuncia el presidente del Colegio de Administradores, Miguel Ángel Muñoz.
Una entidad financiera puede entenderse como un moroso solvente, muy diferente del que no paga porque no puede. Para los administradores, lidiar con un banco moroso es un quebradero de cabeza, porque utilizan técnicas para intentar atrasar lo máximo posible el pago. Suelen llegar al límite de los 90 días y esperan a que se les reclame la cantidad para pagarla.
La morosidad golpea fundamentalmente a las grandes ciudades del sur de la comunidad de Madrid. Entre los municipios más afectados están Alcorcón, Móstoles, Leganés, Fuenlabrada, Getafe o Parla. En cambio, las deudas en las comunidades de propietarios son muy reducidas en el oeste metropolitano: Boadilla del Monte, Galapagar o Majadahonda.
¿Cómo se debe actuar en estos casos?
Si el banco es nuestro vecino moroso el inmueble no estará hipotecado, por tanto después de que obtuviésemos una sentencia favorable, en el correspondiente proceso monitorio, podríamos embargar la finca y solicitar la ejecución del inmueble.
Pero hay otra opción aún mejor: si el deudor no cumple la sentencia, la ley nos faculta a embargar directamente los depósitos de los bancos, por ejemplo en el Banco de España. Evidentemente, esto los bancos lo saben, por lo que resulta difícil encontrarse con alguno que se niegue a pagar con una sentencia desfavorable firme.